Qué es el miedo y tres claves para manejarlo, algunas de las manifestaciones corporales del miedo: el corazón se acelera y la adrenalina sube, las pupilas se dilatan lo que facilita la visión, temblor y sudoración corporal. Todo esto nos lleva a actuar muchas de veces de manera irracional, instintiva y repentina. Para entender qué es el miedo, debemos comenzar por definirlo como una emoción que usamos para responder de forma natural ante una amenaza o situación que concebimos como peligrosa.
Aunque tener miedo y sentir que nuestro cuerpo se revoluciona no es una experiencia agradable, el temor es necesario porque nos lleva a enfrentar una realidad que podría causarnos daño. En este sentido, el cerebro enviará la orden a nuestro cuerpo y a nuestra mente de que debemos actuar y protegernos.
Lo que mencionamos anteriormente tiene que ver con la capacidad de supervivencia del ser humano. Sin embargo, queremos poner énfasis en otro aspecto del miedo: incapacitante, para concretar determinados proyectos por temor al fracaso o para actividades por temor a afectar o perder la integridad física o la salud. A continuación, compartiremos contigo algunas claves para identificar nuestro miedo y poder gestionarlo de forma conveniente.
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Qué es el miedo y de dónde viene
El miedo proviene de la memoria emocional de cada uno. Todos tenemos almacenada información que se originó en diferentes situaciones estresantes (o no) que vivimos a lo largo de la vida. Los recuerdos emocionalmente relevantes son muy difíciles de olvidar y aquellas situaciones que nos generaron miedo, ansiedad o estrés son aún más fáciles de recordar.
En este contexto, debemos intentar disociar el miedo de circunstancias que en realidad no son peligrosas. A veces no llegamos a sentirlo como tal pero simplemente damos excusas para evitar enfrentarnos a determinadas circunstancias o experimentar alguna experiencia; Sea lo que sea resulta muy limitante y como compensación nuestra mente nos hace sentir aliviad@s de haber elegido la buena decisión.
Cuando sentimos miedo habrá algunos estímulos que vamos a percibir como amenazantes y otros como tranquilizantes. Vamos a asociar el recuerdo de situaciones de peligro con la experiencia física de sentirnos paralizados. La médica psiquiatra y psicoanalista Wolfberg, Elsa afirma “lo explícito se recuerda incompletamente en el síndrome postraumático, pero quedan retenidas en la memoria emocional las sensaciones físicas y las emociones asociadas”.
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Favorece un acercamiento
Una vez que hayas podido entender de dónde proviene tu miedo y qué situaciones lo desencadenan es hora de intentar acercarte a él. De a poco gestiona ocasiones en que puedas enfrentarte al miedo. Por ejemplo, si sientes miedo de hablar en público, empieza practicando delante del espejo, luego busca una audiencia pequeña y familiar y progresivamente aumenta el número de personas. Este es solo un ejemplo como para que veas cómo aproximarte a tus miedos.
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Busca ayuda
No es fácil enfrentarse a lo que nos paraliza, por eso a veces hace falta ayuda de un ser querido y en ocasiones de un/una profesional. Está en tus manos la capacidad de modificar tu percepción del entorno que te resulta amenazante, pero tener un apoyo es importante. Si notas que no puedes, no te avergüences de buscar una salida en la terapia. Lo fundamental es que entendamos que es posible superar el miedo que sentimos hacia determinada situación, solo que tomará tiempo y por momentos puede ser doloroso recordar eventos del pasado.
El miedo y las gafas PSIO
- Las gafas de relajación PSIO pueden ayudarte a reconciliarte con lo que te causa miedo. Su uso reduce el estrés que bien puede tratarse de un estrés postraumático y su exclusiva combinación de luces y sonidos te ayudarán a liberarte de pensamientos obsesivos y calmar la mente. Además sus audios te ofrecen aprender con facilidad la meditación guiada. Son una herramienta muy poderosa que será tu aliada en la gestión definitiva de tus miedos.